Para una esterilización segura y eficaz de instrumentos y materiales médicos, es imprescindible cumplir requisitos estrictos en cuanto a temperatura, presión y resistencia de los materiales, así como en la preparación y ejecución del proceso.
Resistencia a la temperatura y a la presión
Los productos médicos que se esterilizan con vapor deben poder soportar altas temperaturas, dependiendo del procedimiento, hasta 121 °C o 134 °C. Además, es necesaria una resistencia a las diferencias de presión, por ejemplo, en un vacío de hasta 7 kPa o a una presión elevada durante el proceso de esterilización.
Penetración uniforme del vapor
Para una esterilización eficaz, es esencial que el vapor alcance uniformemente todas las superficies del material a esterilizar. Por lo tanto, los instrumentos como las tijeras o las pinzas deben abrirse antes del proceso. Los instrumentos complejos deben desmontarse, en la medida de lo posible, para poder acceder a las zonas de difícil acceso.
Especialmente en el caso de materiales porosos o cuerpos huecos, es fundamental eliminar el aire del interior. Esto se consigue mediante un proceso de vacío fraccionado: al alternar la evacuación y la alimentación de vapor, se expulsa el aire y se permite una penetración completa.
Limpieza a fondo antes de la esterilización
Antes de comenzar la esterilización, los instrumentos deben limpiarse cuidadosamente. La limpieza no solo reduce la carga bacteriana, sino que también es decisiva para obtener un resultado de esterilización fiable.
Además, los productos médicos reacondicionados no deben contener residuos que puedan suponer un riesgo para la salud de los pacientes. Entre ellos se incluyen, entre otros:
- sustancias nocivas para la salud, cancerígenas o mutagénicas
- sustancias que provocan fiebre (pirógenos), endotoxinas y alérgenos
- Residuos de sangre, tejidos o secreciones
- Restos de productos de limpieza o desinfectantes
- Suciedad visible o productos de cuidado
Por lo tanto, una limpieza impecable es indispensable para la seguridad y la calidad de la esterilización.
Condiciones específicas para líquidos
La esterilización de líquidos difiere considerablemente de la de objetos sólidos. En volúmenes mayores, a partir de unos cinco litros, al calentar y enfriar se producen a menudo grandes diferencias de temperatura dentro del recipiente. Por ello, es necesario medir continuamente la temperatura en un recipiente de referencia y controlar la duración de la esterilización en función de esta. Agitar el líquido también puede ayudar a conseguir una distribución uniforme de la temperatura.
Cuando se esterilizan líquidos en recipientes herméticamente cerrados, se utiliza una mezcla de vapor y aire cuya presión total es superior a la presión de vapor de saturación normal. El aumento de la presión exterior evita que los recipientes se deformen o incluso exploten.
Estos recipientes cerrados actúan como un pequeño autoclave: en el interior se dan las condiciones necesarias para la esterilización, mientras que la superficie exterior no se esteriliza deliberadamente. Un sistema de recirculación integrado garantiza que la mezcla de vapor y aire se distribuya uniformemente en la cámara.